viernes, 16 de octubre de 2009

Don Gregorio García de la Cuesta y Fernández de Celis

Capitán General de las Islas Baleares en 1810-1811

Nació el 9 de mayo de 1741 en Tudanca, Santander, hijo de una familia de la pequeña nobleza montañera. A los 17 años ingresó en el ejército:

1758 = Cadete regimiento infantería Toledo.....1761 = Subteniente regimiento infantería Granada.....1766 = Sargento mayor regimiento infantería Extremadura.....1775 = Alumno Academia Militar de Ávila.....1778 = Capitán regimiento infantería Extremadura.....1781 = Brigadier.....1783 = Teniente coronel.....1791 = Coronel graduado.....1793 Brigadier y Mariscal de Campo.....1795 = Teniente general, alcanzando el 1 de abril de 1809 el empleo de Capitán General.

En 1800 fue nombrado Presidente del Consejo de Castilla, fue destituido por Godoy en 1801 y desterrado a Santander.

En 1808 fue rehabilitado por Fernando VII y el 2 de abril de 1808 le nombró Capitán General de los Reinos de Castilla y León y Presidente de la Real Chancillería de Valladolid ( equivalente al actual Tribunal Supremo ).

El 29 de diciembre de 1808 asumió el cargo de Capitán General de Extremadura y Comandante en Jefe de su Ejército.

En junio de 1809 ocupó el puesto de Capitán General de Castilla la Nueva, no incluía Madrid, cargo del que fue obligado a dimitir en diciembre del mismo año.

En diciembre de 1810 fue nombrado Capitán General de las Islas Baleares, cargo que ocupó hasta su fallecimiento.

Actuaciones militares=

En 1779, con el regimiento de infantería Extremadura, participó en el sitio de Gibraltar por espacio de catorce meses.

En enero de 1781, embarcó con su regimiento Extremadura con destino a la isla de Santo Domingo, desde allí participó en la expedición contra Jamaica. Acuartelado un tiempo en La Habana, destinado con el mismo regimiento zarpó hacia Lima, para apaciguar la insurrección del Perú junto al regimiento de Soria. Al año se embarcó para el puerto de Arica con el mando del 2º batallón a las provincias interiores de Perú, atravesó Los Andes hasta Potosí y la ciudad de La Plata, en donde desbarató una insurrección de las milicias del país.

Tranquilizadas aquellas provincias, salió para Buenos Aires en 1788 y unos meses después, con los restos de su regimiento, se embarcó para Cádiz donde llegó en agosto de 1791.

A principios de 1793, en la guerra contra Francia, marchó destinado al Ejército del Rosellón. Obtuvo ciertos éxitos como por ejemplo las acciones de Cabestan y Bernet inmediatos a la plaza de Perpiñan donde fue herido; estuvo en la batalla de Peires-Tortes que le valió el ascenso a brigadier; acciones de San Lorenzo de Cerdá y tomas de la Torre Batera, Monvoló y Peralda ;

en Saint-Féréol el 26 de noviembre de 1793 que le valió el ascenso a Mariscal de Campo; en diciembre obliga a los franceses a evacuar el castillo de Saint-Telme, Port-Vendres y Collioure. Pero las retiradas militares y las intrigas políticas le impiden ascender en la escala militar.

En abril de 1794 pasó a tomar el mando de la izquierda del ejército en la frontera de Urgell, en diciembre se le confirió la Subinspección de milicias del ejército de Cataluña. En marzo de 1795 se le dio el mando del gobierno de la plaza de Gerona. En mayo volvió a salir en campaña con el mando de la división de la derecha con la que estuvo en las acciones de Armadas, Osexe y Regolisa y las tomas de Puigcerdá y Velver así como en la batalla de Pontós contra el ejército francés al mando del general Augereau a quien rechazó por tres veces sus ataques y acabó persiguiéndole hasta cerca de Figueras. Sobrevenida la paz se retiró a la plaza de Gerona, por meritos de guerra fue ascendido a teniente general.

Tras la agitación que se vive en España a consecuencia de la entrada de las tropas napoleónicas en 1807 y su expansión en 1808, es proclamado Capitán General Presidente de Castilla y León en Valladolid. Después de los sucesos del 31 de mayo en dicha ciudad, Cuesta organizó un ejército de reciente recluta ya que el Cuartel general francés estaba en Burgos. El 12 de junio de 1808, las "tropas" de Cuesta se desplegaron en Cabezón de Pisuerga, entre el puente y el camino a Burgos, frente a las tropas francesas que le acechan. Llevado por el entusiasmo de sus hombres, Cuesta decide cruzar el puente y atacar. El resultado, previsible, acaba en derrota total. Se retira al oeste de Castilla, a sus restos de tropa se le añaden otras de León y Asturias así como el ejército de Galicia al mando de Joaquín Blake. Con problemas en la organización a causa de la división en la toma de decisiones, ambos generales son derrotados en la batalla de Medina de Río Seco el 14 de julio de 1808, durante la cual Cuesta no llegó a desplegar sus tropas.

Tras la pérdida de Madrid, Cuesta es encargado de reconstruir el maltrecho ejército de Extremadura con el fin de defender la frontera meridional. En enero y febrero de 1809 es reconquistada toda la provincia de Badajoz pero, por falta de recursos de todo tipo, no puede hacer frente a la ofensiva francesa de primavera que anula la ventaja. El 28 de marzo de 1809 en la batalla de Medellín su ejército es severamente derrotado y él herido grave.

Reúne, otra vez, sus maltrechas fuerzas. Se une a las fuerzas británicas al mando de Sir Arthur Wellesley. Ambos se preparan para la batalla de Talavera, llevada a cabo el 28 de julio de 1809, obteniendo una importante victoria. Cuesta recibiría de la Junta Central de Defensa la Gran Cruz de Carlos III.

Posteriormente por las diferencias con Sir Wellesley, las críticas recibidas por su cruel comportamiento con las tropas y el escaso aprovechamiento de la batalla y acosado por sus enemigos dentro y fuera del ejército fue obligado a dimitir. La tensión acumulada hizo que el 12 de agosto sufriera un ataque de apoplejía. La Junta le concedió para que marchará a los baños de Málaga a fin de que descansara y se recuperara. Seguía en esa ciudad cuando fue tomada por los franceses en 1810, sufrió varias vejaciones. A fin de evitar males mayores y para alejarle de los debates de las nacientes Cortes, fue enviado a un destino de retaguardia como Mallorca.

El 26 de febrero de 1811 tomaba posesión del cargo de Capitán General de las Islas Baleares.

Al llegar a Palma se encontró con un palacio destartalado, con falta de pertrechos y con las arcas vacías ( el anterior Capitán General Don Joan-Miquel de Vives y Feliu fue un derrochador, su corte fue una fiesta continua para la nobleza ) habría tenido problemas para seguir el ritmo pero no era aficionado a ellas. De carácter autoritario, austero y quisquilloso tuvo roces con varios personajes y fue mal aceptado por la sociedad mallorquina, que trató de que fuese trasladado.

Con Santiago Whittingham también tuvo roces de todo tipo por el avituallamiento y recluta de la División Mallorquina ( se oponía sistemáticamente a sus proyectos ). Su gestión fue considerada, en general, incluso negativa para el porvenir: " Cuesta arriba, Cuesta abajo, y sin Cuesta habrá trabajo", se canturreaba.

De todas formas, tampoco tuvieron que sufrirle demasiado, porque Cuesta se murió el 25 de noviembre de 1811 víctima de un atracón.

Sus restos descansan en la Catedral de Palma de Mallorca.

Casó en Buenos Aires con Doña María Nicolasa López y Nieto, criolla natural de Córdoba, Argentina, antes de su regreso a la península en 1791.

En el ámbito político, fue hombre leal al Antiguo Régimen, consecuente con sus decisiones es normal que no pocos le considerasen un peligro político, teniendo en cuenta la autoridad y veterania de Cuesta. Siempre fue mejor militar que cortesano o político.

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